miércoles, 20 de enero de 2016

CUANDO SE LLORA LA MUERTE DE UN ENEMIGO


 

Cuando se llora la muerte de un  enemigo.CAP 9

En la cuesta del monte de Gilboa, el campamento enemigo de David se debatía entre la vida y muerte combatiendo contra las hordas filisteas; Saúl quien se levanta como antiguo Rey de Israel, hombre guerrero, haciéndose grande entre guerreros de primera fila como David, Jonathan  hijo de Saúl y otros muchos más; se diò  paso en su reinado entre locuras y desvaríos,  decide afrentar a David fiel y leal entre sus tropas y emerge de su interior una envidia feroz y atroz y se convierte en  su fútil   enemigo, al grado de   azuzarlo, perseguirlo, estrecharlo hasta el final de sus días.


Una mezcla de sentimientos se debate entre las personas que adversan al cantor y guerrero, así como es mezclado el sentimiento de los que persiguieron a Jesucristo, una profusión  entre respeto, admiración y desprecio se debate en la humanidad de los adversarios de Dios, por todo lo que Jesús significaba para ellos, el ejemplo y el candor de una vida inmaculada, sin defectos visibles ni maldad la cual nunca se hallo en su boca.

 Enemigos ganados por envidia que es admiración oculta, rechazo y a su vez atracción; que promueve querer visualizar al inocente enemigo en todo momento, ansiedad permanente por  destrucción y a su vez, verle languidecer ante sus pies,


Padre mío, Padre Saúl repicaba David, porque escuchas a los que quieren mi vida ?soy leal a la corona, soy leal a tu reinado, leal a tu ejército porque me execras? soy tu más fiel servidor.


Un principio de autoridad que acompaña a todo mayordomo, <mayordomo sobre la casa real>, es saber someterse a las autoridades superiores. Saúl era el ungido de Jehová como siempre le expresó  David; <como he de levantar mi mano contra el ungido de Jehová ?>, se decía y le decía; conocía sus limitaciones, y su limitación fue la autoridad conferida al Rey y el como súbdito debía respetar.


Los sentimientos más oscuros e inhumanos surgían de éste contencioso rey; lo hacía permanecer con su  mas ruin  y misterioso comportamiento; David por el contrario entre valor fidelidad, lealtad cosas que poseía naturalmente nuestro  joven David; Esforzado en  batallas y ganador de batallas enemigas que le hacen compensador de un nombre relevante en las tropas del Rey Saúl.< Saùl hirió a sus miles David a sus diez miles >


La lealtad de David patente en todo momento, lealtad que adquirió ,decisión que en su corazón anidó, pese  al rechazo de sus primeros enemigos :sus propios hermanos y para colmo la omisión de su padre Isaí, lo hacen más fuerte y seguro. 

Solo le  acompaña  el amor, fuè derramado tal amor en el corazón de éste tan humilde hombre, porque Dios resiste a los soberbios pero agracia  a los humildes,

 sumado a la inocencia de sus actos y su limpio corazón, todo en el cóctel de amor del alma de David transferido a la humanidad del hijo de Saúl, 

Jonathan su fiel amigo y compañero de armas, “Ah Jonathan me eres más dulce que el amor de las mujeres”, amigo y hermano mío has muerto, junto a tu Padre Saúl mi más amado enemigo, ¡Oh Valientes, murieron como si no tuviesen honra.como muere un hombre sin honra!.


Poco comparado; con el gran amor de Jesucristo, presentado delante de sus propios enemigos, quienes mofándose y vejándole en su plena crucifixión lograron en su ensañamiento , solo una palabra desgarradora, de los labios del Hijo de Dios” Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”.,




Jesús lloraba por dentro silente por sus enemigos  como David lo hacìa por fuera y a gritos desgarradores. La sensibilidad evidente ante la caída de sus enemigos y el dolor que le provocaba; fue interpretado erróneamente por sus amigos, como debilidad. ¡Cuan débil eres David! Cuan débil eres Jesús bájate de esa cruz si realmente eres hijo de Dios. 


David, Si no sales ahora mismo al estrado a vitorear la caída de tus enemigos, te destruiremos y jamás podrás perpetuar el reinado que ahora te es otorgado por el mismo Dios.


 Fue un zarpazo cruel del destino que lo hace acallar ante  su propia voluntad;  su infortunio no alentaría  hacer  leña de su enemigo como un  árbol caído, eso lo convertiría en un hombre impío y sin sentimientos y lo igualaría a los demas . David igual al Dios que conocía, se apegó  a la  misericordia,< como yo soy misericordioso, serás  misericordioso; para que alcances misericordia>

Con mueca de dolor vitoreaba a un pueblo naturalizado por las hazañas de la guerra, mientras alzaba sus brazos en señal de victoria sobre sus enemigo, rodaba por sus mejillas dos  lágrimas amargas de inconsolable amor frustrado .