miércoles, 30 de marzo de 2016




Un   Siervo  con llave


La humillación que padeció el Señor Jesús no fue convertirse en hombre como a veces hemos escuchado decir, la humillación más grande fue convertirse en siervo, dada las condiciones del mismo. Cuando definimos a un hombre o mujer que está trabajando para Dios, es llamarle siervo o sierva, sin medir las profundidades de esta palabra, tan espectacularmente dispuesta a enaltecernos así como se humillaría la persona de quien se habla.” El que se humilla será exaltado el que se exalta será humillado”.


La premie de la humillación se la lleva Jesús al coronarse siervo de la humanidad, al extinguir su realeza ante las demandas de una humanidad nada sacrificial, nada preparada para servir a alguien más, todos eran exaltados mientras los demás se humillarían sin condiciones ante las autoridades post datadas del momento; Se humillaba el siervo ante el siervo menos siervo; los menos siervos con autoridad estaban bajo el tutelaje de los gobernadores y a  su vez debajo de los principados o autoridades míticas como virreinatos, Reinados etc., etc. Y sobre lo alto uno más alto escl 5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.


La demostración  del carácter de un hombre como David tuvo sus inicios en la emancipación de un proceder nada débil, sino más bien ajustado al derecho de la humillación de un siervo,  Nada fácil concebir, porque se es más fácil ser altivo que humilde, y ese era la condición de aquel hombre que aprendió a serlo.


Un hombre sensible a la voz de Dios aprendería obediencia a través de la sensibilidad, recato y voluntad subordinada y sucumbida a los designios de la voluntad divina.
David tenía un corazón y un proceder de Siervo, no fingido, indisoluto ante sus propias palabras de lealtad incondicional a su Señor el Rey, a su amigo Jonathan y al siervo de Dios el profeta Samuel.-Saúl  hirió a sus miles y David a sus diez miles. Ni las sórdidas palabras de exaltación y escuetas lisonjas le harían cambiar su propiedad de servicio incondicional a favor del Rey. Callaba su conciencia y decía con gran orgullo y no menos prestancia- No tocaré al ungido de Jehová- cuando se trataba del Rey y se le increpaba para que tomara acción sobre su poderío y defensa.
David se consideró siervo hasta lo sumo, siervo, como un animalito con sed y hambre de justicia insaciable.


Pastor y siervo, ante los cielos que le veían , y valorizador de las ovejas de su Padre,. Aunque el ojo avizor no estuviera escondido; tras las montañas, tras las riveras o simplemente le dijeran - donde dejaste esas pocas ovejas que cuidas?
David se sabía fiel, fiel y leal a sí mismo, su servilismo no era con los demás era consigo, con sus creencias, el era un servidor divino.


Jesús miraba las ovejas de su Padre con compasión como ovejas sin pastor, desperdigadas por los campos de éste mundo y tuvo compasión, quiso reunirlas como la gallina que reúne a sus polluelos y ellas no quisieron, su dote de siervo se hace cada vez menos reticente y  mas cumbre arriba, el fragor es mayor; es convencerlas, sacarlas juntarlas y salvarlas a campos seguros. Dulce siervo de Israel, trabajaste hasta lo sumo, sufriste hasta vejar tus huesos, sin tener compasión de ti mismo más que de ellas para servirles hasta el final de tus días.


Detrás de días de oscuro exilio hacia el monte de los olivos o el desierto de  donde habrían venido en la antigüedad los que sucumbieron en El, tras postración y suplicante dolor por las ovejas perdidas de Israel, comenzaba su sopor como siervo en la carne.


Un siervo no le sirve a nadie, mas está repleto de convicciones definidas y definitivas, se niega a si mismo toma su cruz cada día y lo sigue. El dulce siervo de Israel lo haría, Jesús lo hizo como fiel servidor de una humanidad en extinsión.Siervo y humilde hasta muerte de cruz, convendría establecer la crucifixión como prueba indubitable de su servicio a la humanidad.



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UN SIERVO CON LLAVE


Cap 10 Libro la llave de David Dra Dorys Judith Lopez R

Un   Siervo con llave



No hay amor mas grande  que uno ponga su vida por sus amigos.
El modo real de todo sacrificio en servilismo y sumisión  podría adjudicárselo al amor. Podemos sentir que lo que proporciona un siervo para el servicio incondicional de su Señor es el amor.

El Siervo salta y se apresura con su llave; proporcional a lo que siente, sube a cuestas  con un poco de dolor para atravesar  el cerrojo de la oportunidad demostrando su alto valor de entrega y regocijo. Mientras más agradecido más amas. Su llave es convertible, jamás imaginaría que dada su autoridad- sacrificante se convertiría; en siervo, de lo que valora. y es capaz de demostrar, aún dándolo todo, para hacer valer su derecho, que es digno, de portar la llave del Mayordomo.

La humillación que padeció el Señor Jesús no fue convertirse en hombre como a veces hemos escuchado decir, la humillación más grande fue convertirse en siervo, dada las condiciones del mismo. 

Cuando definimos a un hombre o mujer que está trabajando para Dios, es llamarle siervo o sierva, sin medir las profundidades de esta palabra, tan espectacularmente dispuesta a enaltecernos así como se humillaría la persona de quien se habla.” El que se humilla será exaltado el que se exalta será humillado”.

La premie de la humillación se la lleva Jesús, al coronarse siervo de la humanidad, al extinguir su realeza ante las demandas de una humanidad nada sacrificial, nada preparada para servir a alguien más, todos eran exaltados mientras los demás se humillarían sin condiciones ante las autoridades post datadas del momento.

Se humillaba el siervo ante el siervo menos siervo; los menos siervos con autoridad estaban bajo el tutelaje de los gobernadores y a  su vez debajo de los principados o autoridades míticas como virreinatos, Reinados etc., Y sobre lo alto uno más alto escl 5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

La demostración  del carácter de un hombre como David tuvo sus inicios en la emancipación de un proceder nada débil, sino más bien ajustado al derecho de la humillación de un siervo,  Nada fácil concebir, porque se es más fácil ser altivo que humilde, y ese era la condición de aquel hombre que aprendió a serlo.
Un hombre sensible a la voz de Dios aprendería obediencia a través de la sensibilidad, recato y voluntad subordinada y sucumbida a los designios de la voluntad divina.

David tenía un corazón y un proceder de Siervo, no fingido, indisoluto ante sus propias palabras de lealtad incondicional a su Señor el Rey, a su amigo Jonathan y al siervo de Dios el profeta Samuel.-Saúl  hirió a sus miles y David a sus diez miles. Ni las sórdidas palabras de exaltación y escuetas lisonjas le harían cambiar su propiedad de servicio incondicional a favor del Rey. Callaba su conciencia y decía con gran orgullo y no menos prestancia- No tocaré al ungido de Jehová- cuando se trataba del Rey y se le increpaba para que tomara acción sobre su poderío y defensa.

David se consideró siervo hasta lo sumo, siervo, como un animalito con sed y hambre de justicia insaciable.
Pastor y siervo, ante los cielos que le veían , y valorizador de las ovejas de su Padre,. Aunque el ojo avizor no estuviera escondido; tras las montañas, tras las riveras o simplemente tras las palabras - donde dejaste esas pocas ovejas que cuidas?
David se sabía fiel, fiel y leal a sí mismo, su servilismo no era con los demás era consigo, con sus creencias, el era un servidor divino.

Jesús miraba las ovejas de su Padre con compasión como ovejas sin pastor, desperdigadas por los campos de éste mundo y tuvo compasión, quiso reunirlas como la gallina que reúne a sus polluelos y ellas no quisieron, su dote de siervo se hace cada vez menos reticente y  mas cumbre arriba, el fragor es mayor; es convencerlas, sacarlas juntarlas y salvarlas a campos seguros. Dulce siervo de Israel, trabajaste hasta lo sumo, sufriste hasta vejar tus huesos, sin tener compasión de ti mismo más que de ellas para servirles hasta el final de tus días.

Detrás de días de oscuro exilio por voluntad propia,

hacia el monte de los olivos o el desierto de  donde habrían venido en la antigüedad los que sucumbieron en El, tras postración y suplicante dolor por las ovejas perdidas de Israel, comenzaba su sopor como siervo en la carne.

Un siervo no le sirve a nadie que no esté sujeto a su servicio y les sirve a todos por igual porque no hay distinción. Está repleto de convicciones definidas y definitivas, se niega a si mismo toma su cruz cada día y lo sigue.

David sirvió hasta la posteridad los intereses de su Dios y Señor, Cuando de soldado se trataba el sería el mejor, si era pastor de ovejas el mas dedicado, si era amigo del hijo de su señor, lo haría con tal amor que sobrepasaría el amor de las mujeres, cuando fungía como músico, la fluidez de su entrega propiciaba la salida aún de espíritus inmundos que rodeaban al caudillo. Todo El sacrificó para convertirse en la personificación de la lealtad.

El dulce siervo de Israel lo haría, Jesús lo hizo como fiel servidor de una humanidad en extinción. Siervo y humilde,  se humilla a lo sumo por amor y solo amor; con cuantas caricias de dolor lavó los pies de sus propios discípulos ¡?No solo amó al amigo hasta su muerte sino que entregó su vida aun por el enemigo, el móvil,-el amor-.

Lavó con anticipación los pies de quien sería su legado en la servidumbre del evangelio de salvación. Su servicio exhaustivo y completo hasta muerte de cruz. Convendría establecer la crucifixión como prueba indubitable de su servicio a la humanidad y de su amor por ella.



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