Un Siervo con llave
La humillación que
padeció el Señor Jesús no fue convertirse en hombre como a veces hemos
escuchado decir, la humillación más grande fue convertirse en siervo, dada las
condiciones del mismo. Cuando definimos a un hombre o mujer que está trabajando
para Dios, es llamarle siervo o sierva, sin medir las profundidades de esta
palabra, tan espectacularmente dispuesta a enaltecernos así como se humillaría
la persona de quien se habla.” El que se humilla será exaltado el que se exalta
será humillado”.
La premie de la humillación se la lleva Jesús al coronarse siervo de la humanidad, al extinguir su realeza ante las demandas de una humanidad nada sacrificial, nada preparada para servir a alguien más, todos eran exaltados mientras los demás se humillarían sin condiciones ante las autoridades post datadas del momento; Se humillaba el siervo ante el siervo menos siervo; los menos siervos con autoridad estaban bajo el tutelaje de los gobernadores y a su vez debajo de los principados o autoridades míticas como virreinatos, Reinados etc., etc. Y sobre lo alto uno más alto escl 5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.
La demostración del carácter de un hombre como David tuvo sus inicios en la emancipación de un proceder nada débil, sino más bien ajustado al derecho de la humillación de un siervo, Nada fácil concebir, porque se es más fácil ser altivo que humilde, y ese era la condición de aquel hombre que aprendió a serlo.
Un hombre sensible a la voz de Dios aprendería obediencia a través de la sensibilidad, recato y voluntad subordinada y sucumbida a los designios de la voluntad divina.
David tenía un corazón y un proceder de Siervo, no fingido, indisoluto
ante sus propias palabras de lealtad incondicional a su Señor el Rey, a su
amigo Jonathan y al siervo de Dios el profeta Samuel.-Saúl hirió a sus miles y David a sus diez miles.
Ni las sórdidas palabras de exaltación y escuetas lisonjas le harían cambiar su
propiedad de servicio incondicional a favor del Rey. Callaba su conciencia y
decía con gran orgullo y no menos prestancia- No tocaré al ungido de Jehová-
cuando se trataba del Rey y se le increpaba para que tomara acción sobre su
poderío y defensa.
David se consideró siervo hasta lo sumo, siervo, como un animalito con
sed y hambre de justicia insaciable.
Pastor y siervo, ante los cielos que le veían , y valorizador de las ovejas de su Padre,. Aunque el ojo avizor no estuviera escondido; tras las montañas, tras las riveras o simplemente le dijeran - donde dejaste esas pocas ovejas que cuidas?
David se sabía fiel, fiel y leal a sí mismo, su servilismo no era con
los demás era consigo, con sus creencias, el era un servidor divino.
Jesús miraba las ovejas de su Padre con compasión como ovejas sin pastor, desperdigadas por los campos de éste mundo y tuvo compasión, quiso reunirlas como la gallina que reúne a sus polluelos y ellas no quisieron, su dote de siervo se hace cada vez menos reticente y mas cumbre arriba, el fragor es mayor; es convencerlas, sacarlas juntarlas y salvarlas a campos seguros. Dulce siervo de Israel, trabajaste hasta lo sumo, sufriste hasta vejar tus huesos, sin tener compasión de ti mismo más que de ellas para servirles hasta el final de tus días.
Detrás de días de oscuro exilio hacia el monte de los olivos o el desierto de donde habrían venido en la antigüedad los que sucumbieron en El, tras postración y suplicante dolor por las ovejas perdidas de Israel, comenzaba su sopor como siervo en la carne.
Un siervo no le sirve a nadie, mas está repleto de convicciones definidas y definitivas, se niega a si mismo toma su cruz cada día y lo sigue. El dulce siervo de Israel lo haría, Jesús lo hizo como fiel servidor de una humanidad en extinsión.Siervo y humilde hasta muerte de cruz, convendría establecer la crucifixión como prueba indubitable de su servicio a la humanidad.
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